sábado, 14 de abril de 2012

DR. JONES: Fotos 14/04/2012


CINE: Películas con y sobre gatos


Aqui algunas películas donde salen gatos, con papeles más o menos relevantes, y algunas donde son directamente protagonistas.

-ALIEN (1979) de Ridley Scott.



La legendaria película de Ridley Scott contaba con un superviviente (inesperado) gatuno: el pequeño Jones (llamado Jonesey), el gato de la Nostromo, que tiene más protagonismo del esprado, y aparece en un buen puñado de secuencias.













-ALIENS (1986) de James Cameron.


En la no menos extraordinaria secuela instigada por James Cameron, Jones tenía una "aparición especial" cuando Ripley (Sigourney Weaver) despierta de su letargo y hace "vida normal" antes de embarcarse en su extraordinaria aventura.














-CAT'S EYE (1985) de Lewis League.


El que fue sin duda, el mejor director de "animales" de los años 80, Lewis Teague ("Cujo", "La bestia bajo el asfalto") dirigió esta película de relatos escritos por Stephen King donde el nexo de un unión es un gato que "busca" a una niña, y finalmente PROTAGONIZA, así, en mayúsculas, el tercer (y extraordinario) último acto.













-EL GATO QUE VINO DEL ESPACIO (1978) ("The cat from outer space") de Norman Tokar.


A la Tierra llega un OVNI cuyo piloto es un gato con un collar con poderes especiales (entre ellos, comunicarse con los humanos). Un film Disney tan surrealista como divertido pero imprescindible para cualquier "gato adicto". Con Roddy McDowall.











-BATMAN RETURNS (1992) de Tim Burton.


La extraordinaria secuela del film de Tim Burton tiene como gran baza a CATWOMAN, interpretada por MIchelle Pfeiffer que vive rodeada de gatos (entre ellos la "Señorita Kitty", luego gran "colaboradora" de fechorías del personaje en la no menos extraordinaria serie de animación "Batman. The Animated Series") y hay gatos por doquier (cuando ayudan a resucitar a Selina Kyle). Imprescindible.









-CATWOMAN (2004) de Pitof.


En mi opinión, una de las peores y más absurdas películas que ha tenido la desfachatez de hacer, pero ahí está: Halle Berry con un traje con cuernos (OK, son orejas de gato en forma de "escucha" pero en un "casco" queda ridículo). Hay gatos, hay una Loca de los Gatos (no es la de los Simpsons) e incluso se atreven a hablar de la historia egipcia. Lo mejor: los créditos iniciales con dibujos, pinturas y runas gatunas a ritmo de la maravillosa música de Klaus Badelt.

HISTORIA: Los origenes de los gatos


La mayoría de los gatos actuales son descendientes del antiguo gato egipcio (Felis lybica).
Según tenemos constancia, el culto al gato aparece en el Antiguo Egipto alrededor del 2.900 a.C. como una deidad local en el Delta del Nilo.
La imagen de un felino de orejas erguidas como un Lince (tipo de gato de cola larga a diferencia del doméstico, que vivía en los matorrales del Delta) era utilizada para transponerse al mundo imaginario de las esferas divinas en donde se convertía en una forma de Ra. Así, la diosa gata Bastet defendió al dios sol Ra contra los ataques de la serpiente Apofis, una de las deidades mas representativas del mal.
En el antiguo Egipto, los gatos domésticos eran considerados animales sagrados. En el Imperio Nuevo el gato era considerado como una encarnación del dios sol y la gata era equiparada al ojo del sol.
Los egipcios pretendían buscar el contento de la diosa Bastet que era representada con cuerpo de mujer y cabeza de gato.
Diosa Bastet

También se creía que Ra, dios del sol, adoptaba la figura de un gato cuando descendía a la tierra. En el libro de los muertos podemos leer:
"Yo soy el Gran Gato que inauguró el árbol Yeshed en Heliópolis, en aquella noche en que fueron anonadados los enemigos del Dueño del universo..."
El texto pertenece al capítulo XVII del Libro de los Muertos, en donde se acompañaba con un dibujo de la figura el gato divino decapitando a la serpiente Apofis. La mención al árbol 'Yeshed', se refiere a la 'Persea'. El término 'Inaugurar' hace mención a la costumbre de escribir el nombre del soberano en los frutos del árbol, como simbolismo de la genealogía de la realeza. La creencias egipcias, que consideraban que Ra, el Sol, habiendo inaugurado la realeza, había sido el primero en escribir su nombre en el árbol de Heliópolis, asociaban la figura del gato a este árbol por ser la del "gato divino" una de las formas más frecuentes de este dios.

Los antiguos egipcios tenían muy presente el valor religioso del gato en su vida cotidiana. Si disponían de los recursos necesarios, colocaban al gato embalsamado en un sarcófago especial y lo transportaban a la ciudad de Bubastis (Tell Basta) para ser enterrado con solemnidad. En el templo se colocaban cientos de figuritas de gato como ofrendas votivas para obtener el favor de la diosa.
Fueron objeto de culto debido a su habilidad para hacer disminuir la población de ratones en los campos de cereales del Nilo, de capital importancia económica. También mantenían limpias las casas de serpientes y roedores. En el Imperio Nuevo, se llegó a adiestrar a los gatos en la cacería de aves y a coger la presa y llevarla hasta el cazador. Encontramos varios relieves representando este tipo de escenas.

Los egipcios guardaban luto cuando morían sus gatos. Todos los miembros de la familia se rasuraban las cejas como señal de aflicción y dolor.

Las leyes penales egipcias en época tardía, eran también curiosas. Eran tan estrictas que ni el propio faraón podía indultar a quien matara a un gato. Según Herodoto, las leyes multaban a quien mataba involuntariamente a un gato y la multa era impuesta por los sacerdotes.
Era tal el nivel de mentalización de que había que proteger a toda costa la vida del gato que hasta, en caso de incendio, el gato de la casa era puesto a salvo en primer lugar.
En 1890, en Beni Hasan los arqueólogos descubrieron un antiguo cementerio de gatos en el que se llegaron a contar 300.000 momias de gatos embalsamados. Los sacerdotes llegaron a formar un lucrativo negocio alrededor de la venta de gatos momificados, incluso llegando a estafar a sus compradores vendiendoles falsos gatos. Hoy gracias a las radiografías sabemos que los gatos eran sacrificados rompiéndoles el cuello.
Todos estaban envueltos en vendas funerarias, momificados y colocados cada uno en un pequeño ataúd que reproducía la forma del animal.
Los antiguos egipcios nunca dieron al gato un nombre especialmente significativo, sino que prefirieron llamarlo por su onomatopeya: Miw.
Respecto al trato corriente que daban a estos animales cabe decir que era tan especial que cuando uno de ellos caía enfermo recibía tantos cuidados y atenciones como los que se daban a los niños.
Como es lógico y natural el cementerio de gatos más grande de todo Egipto estaba precisamente en Bubastis, un lugar al que acudían gentes de todo el país para dar sepultura a sus queridos felinos.


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